Perteneciente al Grupo Paraguas (El Paraguas; Numa; Amazónico, Quintín Ultramarinos), se ha fusionado con Origen, otro de los restaurantes del Grupo contiguo a su local en la Plaza de la Independencia, con una espectacular vista de la Puerta de Alcalá; las terrazas de ambos restaurantes comparten ahora carta, que se ha reducido considerablemente a resultas de los cambios por la crisis COVID y eliminado gran parte de los platos de la anterior carta, que tenía un menú esencialmente de raíces africanas. Aunque todos los platos que probamos estaban muy ricos, consideramos que ha perdido un tanto de la esencia que nos gustaba y caracterizaba a Aarde. Preciosa terraza. El interior del restaurante sigue siendo muy bonito y diferencial.
Probamos unas excelentes zamburiñas con crema de batata y el uramaki de atún picante como entrantes y como plato principal, elegimos el steak tartar de rubia gallega y el jollof de carabinero, este último, por debajo de nuestras expectativas.
Como postre, el Xocolatl teobroma, chocolate líquido, frío y picante, servido en una jarrita, muy apropiado para el verano.
En resumen:
Velada en un entorno bonito y platos ricos pero por debajo de anteriores experiencias en Aarde.
Servicio muy atento.
Precio medio sin vino: 50€ por persona.
Valoración media: Bueno.
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