Después de casi 7 meses regresamos a Amazónico, con la zona del Jungle Jazz Club aún sin abrir al público. Las mesas están razonablemente separadas dadas las circunstancias y la carta es más breve que anteriormente, como han hecho en otros restaurantes de similar nivel.
Comenzamos con los rollitos de samosas al tandoor, con pollo y verduras y seguimos con dos platos que compartimos, a cual mejor: la entraña marinada con chimichurri y (fuera de carta) toro (ventresca de atún) con una base de puerros: extraordinario.
Pedimos un chocolate al Moctezuma, de postre, muy rico también y acompañamos la cena con una botella de Predicador, viejo conocido y valor seguro.
El ambiente muy animado incluso con mascarillas...Mantenemos la conclusión general de MUY BUENO. Precio medio: 50€ por persona sin bebidas.
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